miércoles, 28 de febrero de 2007

Dirigentes


Para que una agrupación, una organización, etc. sea participativa y al mismo tiempo cumpla con los objetivos que se propone, el papel de los dirigentes es fundamental.

En esta nota analizaremos aspectos claves del accionar de los dirigentes: qué significa ser dirigente?, qué es necesario para ser dirigente?, Cuáles son los aportes importantes de los dirigentes, qué elementos inciden en el comportamiento del dirigente?, y ¿ cuáles necesidades psicológicas de la gente, el dirigente debe tener en cuenta?.

¿Qué significa ser dirigente?

Siempre en los grupos humanos (una cooperativa, una organización política, una junta vecinal, una empresa pública ó privada, etc.) ha sido necesario diferenciar tareas y responsabilidades de manera que no todos hagan lo mismo. Así los grupos pueden ser más eficientes en su funcionamiento y hacer mejor uso de las distintas capacidades personales. Una de estas tareas es la de ser dirigente.

Ser dirigente significa cumplir con ciertas funciones: acompañar y favorecer el crecimiento del grupo y de cada uno de sus integrantes, aclarar, orientar, informar y coordinar al grupo o a una organización. El dirigente debe conducir las actividades del grupo, prever, planificar, controlar y organizar su funcionamiento y representar al grupo ante otros (por ejemplo: autoridades, instituciones, etc.). Otra función muy importante es la de crear pautas, proyectos y actividades.

Vale destacar que “conducir” no es manipular, ni forzar, ni debe pensarse que el dirigente tiene el monopolio del saber. Cuando hablamos de conducir nos referimos a dirigir, llevar adelante la administración y racionalización de los recursos disponibles en la agrupación, en la organización, para obtener resultados en relación a los objetivos y metas propuestos.

Como puede apreciarse, el dirigente tiene más responsabilidades hacia el grupo que el resto de los miembros.

La persona que es elegida para dirigir tiene, generalmente, un conjunto de cualidades y capacidades que lo hacen apto para ser dirigente. Igualmente, esa persona, debe tener deseos y voluntad de desempeñar un papel de mayor responsabilidad, lo cual, muchas veces requiere sacrificios.

En efecto ser dirigente no es fácil. Al estar al frente de un grupo se tienen más obligaciones que los miembros de base, es está más expuesto a la crítica, y se corren riesgos de diverso tipo (políticos, de imagen, etc.). Sin embargo también se tienen satisfacciones importantes, como es la de sentir que se está dando lo mejor de sí poniéndose al servicio del grupo.